viernes, 18 de marzo de 2011

Sobre los comentarios en blogs y webs de noticias

Me lo pregunto periódicamente. Y hoy, a riesgo de parecer anticuado, lo hago en voz alta: ¿qué aportan los comentarios en los blogs y webs de noticias?

Soy un entusiasta de eso que llaman la web 2.0. Escribo en blogs desde que tengo constancia de su existencia. Uso Twitter y, en menor medida, Facebook y YouTube. Soy consciente de que la conversación ya no corresponde a los grandes medios, sino a la gente, y esa revolución me alegra. No quiero restar valor a estos fantásticos canales y herramientas. Quiero referirme, únicamente, a los comentarios en blogs y webs de noticias. Porque, insisto, ¿qué aportan?

Salvo excepciones, y por simplicidad técnica, los comentarios se rigen por un criterio meramente cronológico. Al final de un texto, uno se encuentra con la opinión del lector que comentó en primer lugar; luego la del que opinó segundo, y así sucesivamente. Da lo mismo si el comentario es brillante y pertinente, si es una sandez o si es puro spam. Así, los comentarios educados acaban compartiendo espacio con los indeseables. ¿De verdad es justo que un comentario enriquecedor tenga la misma visibilidad que una barrabasada?

En Twitter, por ejemplo, esto no sucede. Un usuario que se dedique a escribir barbaridades difícilmente atraerá seguidores. Sus barrabasadas se ahogarán en el vacío, sin nadie que las lea.

(Huelga decir que hay gente que escribe cosas muy interesantes y tiene pocos seguidores, igual que contarlos por miles no le convierte a uno en un genio).

Recientemente hemos tenido el caso de la noticia del tumor detectado a Eric Abidal. Al conocerse, todos los foros y redes se inundaron de mensajes de ánimo. Sin embargo, una mínima pero muy ruidosa cuota de desalmados aprovecharon para frivolizar e incluso cosas peores. Comentarios que son difíciles de controlar con la celeridad y celo que demandan muchos lectores y que sería ideal.

En la mayoría de los casos, hablamos de webs que no pueden permitirse tener a una persona moderando durante 24 horas las lindezas que escriben sus lectores. Y en el caso de las que tal vez se lo puedan permitir (algunas de las grandes tienen subcontratada esta labor), el volumen es tal que también puede llegar a saturarles. De ahí que en muchas noticias no sean comentables como medida preventiva.

No soy partidario de pedir a nadie que me facilite su nombre, apellidos, dirección y DNI, como reclaman algunos, para poder dejar un comentario en una web. Dicho esto, creo que sí serían necesarias ciertas medidas que permitan separar los comentarios valiosos (incluidas, por supuesto, las críticas a los contenidos de la web) de las aportaciones de cobardes e indeseables.

Una opción son los sistemas de karma. En Menéame, por ejemplo, los comentarios son votados por otros usuarios. Aquellos que reciben un determinado porcentaje/cantidad de votos negativos, se eliminan de forma automática. Y al contrario: los que reciben más votos positivos, aparecen destacados. Parece una buena medida, aunque tiene sus grietas. Por ejemplo, que una comunidad amplia, mayoritaria en ese foro, pueda ponerse de acuerdo para castigar en bloque una determinada corriente de opinión contraria a la suya.

En Diarios de Fútbol tuvimos una mala experiencia con un sistema similar, aunque los comentarios no se suprimían sino que, a partir de un determinado porcentaje de votos negativos, simplemente se replegaban. Haciendo click, era posible leerlos, de tal modo que esos comentarios ‘prohibidos’ acababan siendo los más leídos por otros comentaristas ávidos de carnaza. Justo lo contrario de lo que se pretendía.

En los inicios de DDF, cuando era un blog menos conocido y visitado, los comentarios de una entrada podían llegar a ser tan valiosos como el propio artículo, o incluso más. No hay más que ver los comentarios a este post sobre clubes de fútbol con nombres de personajes históricos, con los que se elaboró una segunda entrega.

Cuando una web alcanza cierto éxito, y más en temas tan populares como el fútbol (sobre el que a todos nos gusta opinar, y además creemos hacerlo bien), el nivel de los comentarios tiende a cero. A mayor masificación, mayor cantidad de comentarios basura que contribuyen a ir degradando la conversación. Los lectores que pueden realizar aportaciones valiosas se abstienen de meterse en el fango y los foros se acaban ‘nutriendo’ exclusivamente de comentarios intrascendentes, burdos o fanáticos.

En el caso de La Libreta de Van Gaal, al menos, se ha creado una pequeña comunidad de lectores que debate e intercambia enlaces sobre actualidad deportiva. De vez en cuando las posturas se radicalizan, pero la sangre no suele llegar al río. Luego, esporádicamente, hay un pequeño porcentaje de personajes con mala baba que tratan únicamente de atacarme personalmente, casi siempre con asuntos que no guardan ninguna relación con mis textos ni con el blog.

Con este post pretendo abrir un pequeño debate y, sobre todo, escuchar vuestras opiniones. Sé que puede parecer paradójico dudar del valor de los comentarios y querer salir de dudas precisamente gracias a ellos, pero estoy convencido de que, si habéis leído hasta aquí, vuestra aportación resultará interesante.

7 comentarios:

  1. Aportan visitas a tu web, por lo tanto, aportan dinerito fresco.

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  2. Entonces, ¿te dejo un comentario o no?

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  3. Estoy de acuerdo, pero no le veo ninguna solución salvo lo que dices, y encima ocurre lo contrario como con los comentarios despegables, que son los que más llaman la atención al final.
    La única solución es que la gente no se aburra tanto, o que evolucionen y encuentren un modo de diversion más placentero para ellos y menós harto para los demás.

    Ahora a esperar a que esta entrada también tenga comentarios de este tipo.

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  4. Pues chico, si te digo la verdad, opino como tú. Además, como lector, si una entrada tiene pocos comentarios los leo, si tiene muchos, me salto todos. No tengo tanto tiempo. Yo moderaría todos pero si son tantos que no hay tiempo no sé qué acabaría haciendo.

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  5. Depende mucho de la web, y siempre es un tema que va a variar mucho, pero nosotros en DiarioYoya.com, la web se basa en los comentarios. Vale que hay un post al día, pero los comentarios suelen tener incluso más valor que los posts, y es en los comentarios donde se montan los mejores debates. Los sistemas de karma pueden ayudar, pero suelen acabar por no funcionar.

    En mi opinión lo importante es ofrecer algo de calidad para obtener comentaristas de calidad, y sobretodo mano dura con los que no aportan nada. Sitios como ecosdelbalon.com no tiene problemas de comentaristas. Marca y demás sucedáneos, por el contrario, sí.

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  6. A mí no se me ocurre ninguna solución. Difícilmente se generan buenos debates entre comentaristas respetuosos y de nivel. Básicamente porque éstos tienden a buscar puntos de unión en lugar de enfatizar en las discrepancias.

    Sin embargo, los comentaristas radicales y fanáticos encienden los debates con sus planteamientos maniqueos y provocadores que piden a gritos una corrección. Son persistentes, opacos ante la razón, ricos en prejuicios cognitivos y opinadores incansables que tienen que decir siempre la suya. Ellos son los que generan movimiento.

    Es difícil discrepar con un texto brillante si se ha comprendido bien, por eso suele dejar a su paso más silencio que debate. Hace falta un mediocre que lo malinterprete para que haya debate. Porque la mediocridad nos iguala a todos. Y es más gratificante para el ego una crítica que un elogio sincero.

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